Isla Juan Fernandez

4.7.10


Isla Juan Fernandez
Cargado originalmente por Desafío Levantemos Chile

Nuestro equipo en Puerto Ingles

29.6.10

Esta es la única foto de todo el equipo en Puerto Ingles, al finalizar las prospecciones de ese dia y luego de una intensa jormada, nos tomamos esta foto para el recuerdo

El legado técnico de los tratados de fortificación de la América Hispánica

28.5.10

Fortificaciones Españolas en Hispanoamérica - Su Legado Técnico


Una de las características sobresalientes de la fortificación de Juan Fernández es que pese a esta en lo más aislado del reino, en la inmensidad del Océano Pacífico, en un sector que podríamos pensar "abandonado por la rigurosidad", por el contrario, se cumplieron fielmente las ordenanzas reales respecto a fortificación, es así que la piedra saliente en el fuerte Santa Barbara, a nuestro parecer, es la base de una "garita colgante" y las llamadas "cuevas de los patriotas", son los polvorines y bodegas originales del fuerte.

Por las actuales condiciones en que se encuentran, muchas personas tienden a poner en duda tales apreciaciones, pero si nos remitimos a las ordenanzas reales y documentación de época, constatamos que en Juan Fernández, como en el resto de América, se cieñeron estrictamente a ellas.

Terremoto de 1835

5.4.10



Hemos subido una rara edición que describe el terremoto de Juan Fernandez y Talcahuano en 1835, está en inglés y puede ser vista on-line desde la ventana al final de sta página, costado derecho, antes del tomo III del "Tratado de Artilleria de Tomás de Morla".

Como expusimos, el documento está en inglés, y desde allí hemos sacado las imágenes que ilustran esta entrada, pero las acompañamos del texto alusivo a este fenómeno que difundió Francisco Antonio Encina en su Historia de Chile.

Lo más notorio, es la información de una erupción volcánica proxima a la isla, cuya columna de vapor fue constatada en los documentos oficiales de la época:

TRANSCRIBIMOS LA VERSIÓN DE ENCINA:

Ruinas de la Catedral de Concepción

A las 11.30 AM del día 20 de Febrero de 1835, un espantoso terremoto asoló la zona de Concepción, la misma que un siglo más tarde se vería de nuevo en ruinas por similar desastre.

El Intendente interino de Concepción, coronel Ramón Boza, informaba al gobierno el mismo día de la catástrofe:

"Un terremoto tremendo ha concluido con esta población. No hay un templo, una casa pública, una particular, un solo cuarto; todo ha concluido: la ruina es completa. El horror ha sido espantoso. No hay esperanzas en Concepción. Las familias andas errantes i fujitivas; no hay albergue segura que las esconda; todo, todo ha concluido; nuestro siglo no ha visto una ruina tan excesiva i tan completa"

El terremoto arruinó una ancha faja de 300 leguas comprendidas entre los ríos Cachapoal y Valdivia. Concepción y Chillán quedaron en el suelo. Primero se oyó un estrépito formidable, seguido de sucesivas sacudidas de la tierra, de sur a norte, en forma de olas marinas, que impedían a los aterrados pobladores mantenerse en pie.

Al ruido ensordecedor del terremoto se sumó el del derrumbe de los edificios, desencajados desde los cimientos. Una nube de polvo, que tornaba casi imposible la respiración, envolvió los montones de escombros a que se habían reducido las ciudades. Cada nueva sacudida era acompañada de estampidos, que hacían la impresión de que un volcán había reventado bajo la ciudad.

En varios lugares, el suelo se dividió en grietas profundas. En Coyanco, departamento de Puchacay, se hundió una pequeña colina y en su lugar quedó un profundo barranco. En el patio de la casa de Mr. Evans, en Talcahuano, "reventó el suelo, vertiendo un agua hedionda y sulfurosa, y el mismo fenómeno se observó en varios lugares vecinos a Concepción".

En medio de la bahía de San Vicente se elevó una columna semejante al chorro de una inmensa ballena y al desaparecer dejó un gran remolino, como si el mar se entrase en una cavidad de la tierra. Más allá de la isla Quiriquina se alzó una columna de humo semejante a una torre.

Un maremoto de enormes proporciones arrasó las costas desde Constitución hasta el extremo sur. En la desembocadura del Maule, represó el caudal del río hasta cuatro varas de alto y al recobrar el nivel normal, arrasó la barra de arena que cierra el estuario. En Talcahuano el agua subió hasta 30 pies, arrasó la población y se retiró en seguida hasta dejar los buques en seco, para venir de nuevo, durante varias horas

Se recogieron 34 cadáveres, desaparecieron 30 personas, se hospitalizaron 10 heridos graves y el número de heridos leves y contusos se calculó en 500.

Concepción, Chillán, Yumbel, Rere, Los Angeles, La Florida, Coelemu, Talcahuano, Penco, Tomé, Arauco y Colcura eran hacinamientos de ruinas.

En los puertos, las marejadas barrieron con los restos de las edificaciones.

El fenómeno telúrico había sido precedido de un aumento de la actividad volcánica de la zona: Charles Darwin, quien estaba a bordo del "Beagle" frente a las actuales costas de Valdivia, observó hilos delgados de lava ardiente que se deslizaban por los flancos del volcán Osorno. Cuando llegó a Talcahuano, trece días después del sismo, refiere en su diario que en este puerto las olas del mar lanzaron un cañón de cuatro toneladas cinco metros afuera de las fortificaciones.


¿Un volcán en Juan Fernández?

En la isla Juan Fernández se observó con terror la aparición de una columna de humo que surgía del mar a poca distancia del lugar llamado La Punta del Bacalao, según comunicó su gobernador Sutcliffe.


Habitantes de Juan Fernández huyendo de las marejadas

El origen volcánico del fenómeno dio lugar a la creencia popular, que perduró más de medio siglo, de que algunos indios expulsados de Talcahuano, en venganza, habían tapado el cráter del volcán Antuco, con el perverso objetivo de que reventara por aquel puerto. En las tradiciones del siglo XIX la catástrofe figura con el nombre de "la ruina" en Concepción y Chillán y del "temblor grande" en el resto de la zona afectada.


Cráter del volcán Antuco (dibujo de C. Gay)

En toda la zona que abarcó el terremoto, entre Chillán y Concepción, se recogieron unos 120 cadáveres. Se desconoce el número de los que quedaron para siempre atrapados bajo los escombros, fueron carbonizados por los numerosos incendios o fueron arrastrados por las olas del mar en los puertos. Si bien es muy difícil determinar el número de víctimas, él fue, desde luego, bajo, por la escasa densidad poblacional y por la hora en que se produjo.

Prosiguieron al terremoto grandes temporales, que malograron las cosechas que aún estaban en las eras, agravando la situación de los pobladores que estaban guarecidos en las quebradas y bajo los árboles

Fuente: Historia Ilustrada de Chile, de Francisco Encina y Leopoldo Castedo. Edit. Zig-Zag. 1985.

Fuerte Chaicura y Batería Balcacura Ancud - Parte 1

5.3.10

Ejemplo de trabajo de puesta en valor de nuestro patrimonio histórico arqueológico de la época del Imperio Español.

Tsunami en archipiélago de Juan Fernández Terremoto en Chile.

4.3.10

Solidaridad con todos nuestros compatriotas del archipielago de Juan Fernández

Grabados antiguos de Juan Fernández

25.2.10




Les invitamos a ver en detalles estos grabados de los siglos XVII y XVIII del archipiélago de Juan Fernández, sobre todo los detalles y proligidad de la cartografia levantada durante la expedición de Lord Anson, parte de la malograda expedición inglesa al Pacifico durante la "guerra de la oreja de Jenkins", episodio al que hemos dedicado la entrada anterior.

Sin duda, estos planos hubiesen permitido con facilidad que nuevas expediciones inglesas se asienten en este territorio, de no haberse fortificado la isla.

Estas entrada promociona un excelente sitio llamado "La Infancia de Chile", y consta de grabados anteriores a 1800, y entre sus galerias hay una dedicada exclusivamente al archipiélago de Juan Fernández, les invitamos a visitar la referida página pinchando el banner a pie de entrada:

Infancia de Chile

"La guerra de la oreja de Jenkins" y la fortificación de Juan Fernandez

24.2.10


Para dimensionar en plenitud el real sentido y alcance que tenían las fortificaciones del archipiélago de Juan Fernández, hay que entender la función estratégica que desempañaba en el escenario geopolítico mundial del siglo XVIII

Luego de la guerra entre España e Inglaterra (1726-1727), donde también participaron Francia y los Países Bajos, se firmo el Tratado de Sevilla (1729) en el cual España ratifica el dominio de Inglaterra (vigente desde el tratado de Utrecht) sobre Gibraltar, Menorca y entre otras concesiones (como el tráfico de esclavos), le permite comerciar directamente con los puertos americanos, hasta entonces privilegio del comercio español metropolitano, sin embargo, el comercio estaba restringido, y para cautelarlo, España se reservaba el “Derecho de visita”, vale decir, podía inspeccionar las naves inglesas en sus costas.

Pese a que el comercio ingles se benefició tremendamente de estas ventajas, se resistieron a cumplir las restricciones, y constantemente cometían contrabando y otras infracciones, las que eran sancionadas por las autoridades españolas que las sorprendían, una de ellas, el capitán Julio León Fandiño en 1731, apreso a un contrabandista ingles llamado Robert Jenkins, y en castigo le corto una oreja.

Posteriormente, en 1738, en el climax del paroxismo de la propaganda antiespañola de los grandes comerciantes ingleses, se presenta Jenkis ante una comision de la Camara de los Comunes, con un frasco conteniendo lo que supuestamente es su oreja cortada, y con gran dramatismo se queja de la arrogancia española, repitiendo la frase que supuestamente le dijo su verdugo hispano al devolverle la oreja cortada: "Ve y dile a tu rey que lo mismo le hare si a lo mismo se atreve".

Eran tantos (y tan cuantiosos) los intereses involucrados, que la prensa sajona hizo amplio eco de esta “humillación” (acaecida siete años atrás) que Inglaterra preparó un plan de ataque y declaró la guerra a España, con la intención de arrebatarle sus dominios americanos.

Esta guerra duró desde 1739 hasta 1748, y se llamó “La guerra de la oreja de Jenkins”.

EL PLAN DE ATAQUE INGLES.

  • Los ingleses prepararon un ataque principal desde el Caribe (1739), con una flota principal al mando del almirante Lord Edward Vernon
  • Una segunda flota (1740), al mando del comodoro George Anson, que rebasaría el Cabo de Hornos y atacaría el sur de Chile hasta el istmo de Panamá, haciéndose fuerte en Juan Fernández.
  • Una tercera flota debía atacar desde Oriente las Filipinas y luego México, pero esa fase no se concreto

La flota de Vernon era la más poderosa hasta la época, y solo es superada por la fuerza anfibia que desembarcó en Normandía durante la segunda guerra Mundial, alcanzaba los 25.000 hombres en cambio los defensores de Cartagena de Indias, al mando de Blas de Lezo, alcanzaban solo los 3.000 hombres (entre soldados y milicianos) a los que se sumaron 600 flecheros indígenas llegados desde el interior del territorio, y sin embargo lograron infringir una formidable derrota a los ingleses, al extremo que el rey Jorge II prohibió hablar o escribir sobre esta batalla.

Este, sino el mayor, es uno de los mayores desastres navales de Inglaterra durante el siglo XVIII,

Para dimensionar este tremendo triunfo publicamos el video que encabeza esta entrada.

En cuanto a George Anson, su flota quedó diezmada al cruzar el cabo de Hornos, los temporales separaron sus naves algunas de las cuales se extraviaron, logrando llegar a Juan Fernández, pero tan a mal traer que aunque su misión estaba condenada al fracaso, pudo recuperar fuerzas en el archipiélago de Juan Fernández, donde existe un valle que lleva su nombre, bautizo la bahia de Cumberland de ese modo y luego de hostilizar el comercio español dar la vuelta al mundo, siendo recibido en Inglaterra como heroe, llegando incluso a ser en dos periodos "Primer Lord del Almirantazgo".

Para detalles de su periplo, se sugiere leer Viaje de Anson alrededor del mundo y para su estadia especifica en Juan Fernández lean: Lord Anson en Juan Fernández - Isla Robinson Crusoe - Archipielago ...

Cabe hacer presente que para volver a Inglaterra George Anson debio circunnavegar el globo, y a su regreso (1744) solo se contaban 188 sobrevivientes de los 1.854 que habian partido.

Fue una tremenda derrota para Inglaterra, pero España debio precaver un nuevo intento, por eso fortificó el archipielago donde Anson pudo reponer fuerzas.

Estas son las verdaderas razones que forzaron la fortificacion, la defensa del Imperio, y no acciones menores contra piratas y contrabandistas

Video de nuestro proyecto

22.2.10


Este video es solo un avance de nuestro proyecto, falta destacar a personas que han sido esenciales y a otras cuyo aporte también ha sido importante, pero como estamos en vísperas de postular al FONDART 2010, estamos generando material para intercambio de opiniones.

La música corresponde a "La Madrugá", del compositor español Abel Moreno Gómez.

Carlos José Bertero en Juan Fernández



Aunque se aleja del tema histórico-arqueológico que nos aboca, hemos incorporado este video porque hace alusión al "nicho ecológico" que existía al momento de la fortificación del archipiélago.

Este aspecto es relevante, ya que condicionó la alimentación de los primeros colonizadores, quienes aplicaron técnicas y recetas hispanas a alimentos endémicos.

Es así como hasta el día de hoy los habitantes de Juan Fernández consumen empanadas de cangrejo dorado, pescado seco o mistelas de frutos endémicos.

Nuestro proyecto considera este aspecto y por eso incorporamos este video y otros que a futuro representen un aporte en este sentido.



Avance proyecto

10.2.10